abril 06, 2006

Hacia una cultura de la evaluación

Por: Margarita Moreno Azamar

El Programa Escuelas de Calidad fue creado con la intención de promover el perfeccionamiento de las operaciones realizadas al interior de las escuelas primarias. Esta iniciativa del Gobierno Federal fue diseñada atendiendo a un principio administrativo fundamental con base en el cual todas las acciones que se emprendan deben ser evaluadas para estar en posibilidad de mejorarlas. Así, el PEC ha sido evaluado desde su inicio interna y externamente. De manera interna a través de ejercicios periódicos de auto-evaluación realizados en cada escuela PEC a fin de verificar y reflexionar sobre el alcance de las metas que se fijó la propia comunidad escolar en su proyecto de desarrollo haciendo informes anuales públicos.

La evaluación externa se conduce de manera cuantitativa y cualitativa. La evaluación cuantitativa consiste en la aplicación del instrumento de Pruebas Nacionales a los alumnos inscritos en escuelas PEC, con el objeto de conocer los progresos en sus resultados de aprovechamiento. Dichas pruebas consisten en exámenes de habilidades lógico-matemáticas, de lecto-escritura y de razonamiento crítico y científico.

En la Evaluación Cualitativa un grupo de investigadores dan seguimiento a la organización y funcionamiento de una muestra nacional de casi 1,000 de las escuelas PEC (7 por ciento del universo), a fin de identificar los cambios en los procesos que se gestan al interior de las mismas. En Veracruz participa una muestra de 20 escuelas, evaluadas por personal de la Subdirección de Evaluación a través de tres ciclos escolares, desde el 2001.

La evolución de los centros escolares es valorada mediante la revisión periódica de la situación de la escuela en relación con 19 estándares de desempeño establecidos para las escuelas PEC, los cuales han sido identificados como denominadores comunes en las escuelas eficaces.

Las evidencias para la evaluación de dichos estándares son recabadas a partir de la aplicación en cada escuela de diversos instrumentos, entre los que se cuentan entrevistas y encuestas a padres de familia, maestros, directivos, alumnos y miembros de la comunidad, así como observaciones en el aula, revisión de cuadernos de los estudiantes y videograbación de clases.

Como consecuencia de lo anterior, a tres años de la operación del Programa, se han obtenido algunos resultados sobresalientes, de entre los cuales expondré el caso de una escuela en particular que llama la atención por el hecho de haber sido impactada de manera por demás significativa por el programa en todos sus procesos, sin dejar de tomar en cuenta que antes del inicio del PEC esta institución tenía ya una singular organización que se vio fortalecida con la intervención de éste.

La inquietud personal de dar a conocer este caso me llevó a realizar un documento dedicado al mismo; y por el hecho de contener aspectos íntimamente relacionados con el tema que hoy nos reúne, quisiera compartirlo con ustedes en esta ocasión.


Un Oasis en el desierto

Entre tanta información acerca de la calidad de la educación de nuestro país, una alentadora y la otra no tanto, marcada por estándares internacionales que nos colocan en posición nada satisfactoria, es preciso acotar que en parte se debe a una concepción errónea que tenemos acerca de la evaluación, al verla sólo como medición y sin tomar en cuenta los contextos en que se desarrolla el proceso de enseñanza y aprendizaje.

No contextualizar es tan grave como afirmar que alguna persona ha cometido un delito sin contar con las evidencias para soportarlo, es por ello que en este texto quiero hacer referencia a esta situación, la de evaluar con sensibilidad, tomando en cuenta el contexto social, económico y cultural en que una escuela puede estar inmersa; considerar a todos los actores que se involucran en este maravilloso acto de educar antes de emitir un juicio sobre una institución educativa, por ello haré referencia a una escuela, que en mi sentir como profesora y como evaluadora, es el ejemplo perfecto para creer en un director como líder de una comunidad educativa, para observar que los alumnos asisten con verdadero entusiasmo a su escuela, para percibir el compromiso de los docentes por brindar a sus alumnos una educación de calidad y, unido a lo anterior, para observar también la satisfacción de los padres de familia por el trabajo desarrollado en la escuela, características que son difíciles de observar de manera conjunta actualmente en una escuela de educación primaria.

En tres años que tengo evaluando esta excepcional escuela, debido a que se encuentra en el Programa Escuelas de Calidad desde el primer año en que éste inició, no ha dejado de sorprenderme el entusiasmo de los docentes y de su director, líder moral y académico, no sólo de los profesores sino de toda la comunidad educativa.

Esta escuela se encuentra ubicada quizá, en una de las colonias más pobres del puerto de Veracruz, la reserva territorial Vergara, donde las casas son pequeñas; de diversos materiales, pero en su minoría de concreto; cuentan sólo con tres habitaciones, de las cuales una o dos son dormitorios, y son ocupadas por tres habitantes en la mayoría de los casos.

La mayor parte de las personas de esta comunidad no cuenta con un trabajo fijo, se dedican a la albañilería, al comercio ambulante o trabajan como jornaleros; debido a esta situación, varios niños de la colonia, incluyendo alumnos de la escuela en mención, tienen que trabajar para apoyar la economía del hogar, en el que frecuentemente la madre es la encargada, como consecuencia del abandono del padre.

En lo referente a la escuela, ésta también es de reciente creación, pues fue fundada por su actual director en el año de 1994, debido a la necesidad de un plantel educativo en esta colonia, donde muchos niños no estudiaban por no contar con una escuela primaria cercana a sus hogares.

La escuela comenzó siendo unitaria y sin edificio escolar, el director expresa que en ese entonces trabajaba bajo unos árboles, debido al sol y al calor que caracterizan a esta ciudad y puerto, pero que en virtud de las gestiones que realizó, consiguió el terreno, asignado por Patrimonio del Estado mientras que el Ayuntamiento Municipal fue apoyando año con año a la escuela con la construcción del edificio escolar, hasta contar con seis salones para cada uno de los grados, siendo actualmente una escuela de organización completa.

Las circunstancias antes mencionadas no fueron impedimento para que los alumnos de esta escuela alcancen niveles de aprendizaje satisfactorios según los estándares establecidos a nivel nacional, ya que en la medición “Estándares Nacionales de Español y Matemáticas”, realizada en el ciclo escolar 2001-2002 por la Dirección General de Evaluación de la Secretaría de Educación Pública, el 78.6% de los alumnos de sexto grado se ubicaron en los niveles III y IV, considerados como satisfactorios dentro de la asignatura de Matemáticas y en Español el 100% de los alumnos se ubicó en estos mismos niveles.

Por lo anteriormente expuesto es importante mencionar que esta escuela es de una alta eficacia social, entendiendo ésta como la relación que existe entre las variables: contexto de la escuela y el logro académico de sus estudiantes; es decir, es la superación de las expectativas de los niveles académicos obtenidos por una escuela considerando las características de su contexto.

El procedimiento para estimarlo es a través del análisis de factores como: hacinamiento, escolaridad de los padres, servicios de la colonia, y número de libros que poseen las familias de los estudiantes, lo cual se conoció a través de un instrumento de contexto dentro de la Evaluación Cualitativa del PEC y de los resultados del instrumento de Estándares Nacionales de Español y Matemáticas, mencionado anteriormente.

Este tipo de escuelas nos hacen a los maestros creer todavía en la eficiencia de una institución educativa y aunque posiblemente, son todavía pocos los casos de instituciones con estas características, es importante darlas a conocer para que sirvan de aliciente a los demás docentes que se encuentran inmersos en esta tan difícil tarea de educar en donde aun en situaciones adversas todavía podemos encontrar “un oasis en el desierto”.